Muchos de nosotros nos encontramos muchas veces en la desesperación y decepción de no poder funcionar en evangelismo y en tratar de cambiar a las personas y convertirlas en servidores del Todopoderoso, aunque nuestros pensamientos fueran los mas correctos debemos de recordar que siempre seremos simples mortales que en el corazón tendremos maldad y pecado. Cuando llegamos a los pies de Cristo y es la gracia la que nos une al Padre, somos hijos de un Rey Soberano y Poderoso pero en nuestra naturaleza estamos siempre en constante lucha con el pecado y es ahí donde se encuentra el papel importante del Espíritu Santo, el papel del Espíritu Santo es un papel de gran importancia para el ministro ya que es de ahí donde viene la paz, la fuerza, el poder y las demás promesas que en la biblia esta para que el hijo de Dios este de pie y no ser derrotado por el enemigo, este nos edifica para que nosotros podamos hablar con poder y autoridad en el ministerio de la Gran Comisión, somos siervos que estamos en disposición de poder realizar el trabajo y es el Espíritu Santo quien nos muestra y nos guía para poder desempeñar y poder discernir lo que debemos y no debemos hacer para nuestro ministerio efectivo.
Sin la ayuda del Espíritu Santo que función como nuestro complemento importante para el desarrollo del ministerio ya que sin él prácticamente no tendríamos ministerio.